La II Ruta de la Jara recorrió las pozas del Aljibe, entre Campillo de Ranas y Matallana
La Asociación Serranía de
Guadalajara, satisfecha con el respaldo a esta actividad que pretende f
omentar el medio natural de la comarca
Los dulzaineros de
Hiendelaencina y el
cantautor José Antonio Alonso animaron la marcha, que discurrió por uno de los parajes más bellos y
desconocidos de
GuadalajaraOtro éxito de de
participación, pero sobre todo cultural. La Asociación Serranía de
Guadalajara organizó el pasado sábado la
II Ruta de la Jara. Aprovechando la floración de esta especie, tan extendida en la comarca, la entidad preparó un itinerario de algo más de diez kilómetros por uno de los parajes más espectaculares y
desconocidos de la provincia: Las Pozas del Aljibe, un conjunto de cascadas naturales en medio de la naturaleza virgen serrana, situadas entre Campillo de Ranas y
Matallana, en plena Sierra del
Ocejón.
El paisaje fue extraordinario y el respaldo de asistencia también fue notable, aderezado con el buen tiempo y el día soleado que acompañó. La jornada comenzó con la proyección de un vídeo del
II Día de la Sierra, celebrado en
Galve de Sorbe el pasado año, en el salón del
Ayuntamiento de Campillo de Ranas. La Asociación Serranía invitó además a desayunar con rosquillas, licores y aguardiente a todo el público madrugador. El vídeo es una síntesis de todos los actos del día serrano, cuyo montaje y edición corre a cargo de José María Alonso Gordo, de
Valverde de los Arroyos y socio de la Asociación Serranía.
Después, la ruta congregó a casi dos centenares de asistentes, aunque no todos lograron completar el itinerario. La marcha constó de casi 12 kilómetros, entre ida y vuelta. Partió del pueblo de Campillo de Ranas y, atravesando
Roblelacasa, llegó hasta las pozas del Aljibe. El entorno presentaba una excepcional estampa, tras las abundantes

lluvias del último invierno. Fue un espectáculo en sí mismo contemplar los distintos escenarios por donde discurrió la ruta, jalonada por diferentes especies como el roble, la encina, los lampazos, las zarzamoras, el cerezo, los
caíllos, los
perejones (así se llaman a los perales en la Sierra), las endrinas, los nogales y, por supuesto, las jaras.
Los ingenieros Carolina Lozano y Jerónimo
Pérez hicieron de guías de la ruta, ayudados en el geólogo
Vladimir Sánchez. Además, el recorrido contó con la
participación magnífica de
Octavio Mínguez “
Tavi”, vecino de
Majaelrayo y profundo conocedor de la Sierra del
Ocejón, que contó innumerables anécdotas y datos curioso de la naturaleza de la comarca. Fue “
Tavi” quien explicó, con su humor y sabiduría habitual, cómo amontonaban las “
gorroneras” (montones de piedras); cómo se trabaja la tierra antaño, antes de la despoblación; y hasta cómo los lugareños se fumaban los “
mogos”, que no era otra cosa que la corteza
deshilachada de las estepas, laminada y enrollada.
Además, la ruta contó con la alegría y la música de los Dulzaineros “Calaveras” de
Hiendelaencina y el
cantautor serrano José Antonio Alonso, que demostraron su valentía al intercalar la marcha a pie con distintas piezas de música tradicional de la zona. Su esfuerzo fue extraordinario.
El itinerario busca aprovechar la belleza y el contraste que supone en el paisaje de la Sierra de
Guadalajara la floración de la jara, una planta emblemática para esta comarca. Concretamente, en este caso, el paraje que recorre la marcha sigue la sen

da de una de las faldas del
Ocejón. La marcha alcanzó las pozas del Aljibe y, ya por la tarde, los
participantes regresaron a Campillo, el lugar de partida. “La segunda Marcha de la Jara en Flor constituye una de las iniciativas que lanzamos con más empeño porque es muy
representativa de los valores que quiere transmitir nuestra asociación: contacto con la naturaleza, conocimiento de lo que tenemos alrededor y contacto entre los propios serranos que potencian el patrimonio medioambiental de la Sierra”, señalan desde la
organización.
La marcha contó con la asistencia de Julio
García, vicepresidente de la Diputación Provincial;
Alberto López, director del Organismo Autónomo de Espacios Naturales de Castilla-La Mancha; Pilar Cuevas, gerente del Plan de Competitividad de la Arquitectura Negra; y Francisco
Maroto, alcalde de Campillo de Ranas.
COLOQUIO SOBRE LA PLAGA DE LA “PROCESIONARIA”
Sábado, 5 de junio. Lugar: Valverde de los Arroyos. Hora: 19.00 horas.La Ruta de la Jara es una actividad enmarcada en el
II Ciclo de Primavera, que organiza la Asociación Serranía. Este sábado tendrá lugar, dentro de los actos de este ciclo, la celebración de una jornada de información y de coloquio sobre la plaga de la “procesionaria” que este año ha afectado de manera especial a los pinares de repoblación de las serranías de
Guadalajara.
La charla tendrá lugar el sábado 5 de junio en el Centro Social de
Valverde de los Arroyos, a partir de las 19.00 horas. La asistencia es gratuita. Antes del coloquio y de abrir turno a la intervención de los asistentes, intervendrán Sergio Cabellos, ingeniero de montes y Delegado Provincial de Agricultura y Desarrollo Rural en
Guadalajara; El
Dr. Rafael Serrada, catedrático de Selvicultura de la Universidad Politécnica de Madrid; y
Alberto Mayor, coordinador provincial de Ecologistas en Acción. El
Ayuntamiento de
Valverde y la Comunidad de Propietarios de
Valverde colaboran en la
organización de esta convocatoria.
La procesionaria del pino es la plaga más importante de los pinares
mediterráneos. Debe su nombre de "Procesionaria" a que se desplaza en grupo de forma alineada, a modo de procesión. Es muy peligrosa en los grandes pinares, como los de la Sierra Norte de
Guadalajara. A mediados o finales del verano las mariposas hembras ponen los huevos en los pinos. Se guían por la vista y el olfato para localizar las especies, posándose en sus
acículas (las hojas de las coníferas, finas y puntiagudas). Ponen entre 100 y 300 huevos, que recubren con las escamas del abdomen, quedando todo como un conjunto único. En un mes, entre septiembre y mediados de octubre, nacen las orugas que se agrupan en bolsones, su refugio para pasar el invierno [ver foto adjunta]. Empiezan a alimentarse en el mismo lugar en el que nacen y según van acabando con la comida se trasladan a otras zonas donde construyen nidos
provisionales de seda. Durante el invierno, al atardecer, salen en busca del alimento formando las hileras tan características de este insecto. Cuando llega el frío de la noche regresan a los bolsones donde se resguardan. Al terminar la época
invernal descienden una vez más en línea, esta vez hasta el suelo donde se entierran y se convierten en
crisálidas dentro de un capullo. Llegado el verano, las mariposas salen de la cápsula y, tras la cópula, volverán a poner los huevos en nuestros pinos.